Cuando hablamos de salud, solemos pensar en ir al médico solo cuando aparece un dolor o síntoma. Sin embargo, nuestros pies —que nos sostienen cada día— merecen una atención preventiva, incluso cuando no duelen. Aquí te explicamos por qué acudir al podólogo con regularidad es una parte fundamental del autocuidado.
“No sentía molestias, pero decidí hacerme una revisión y fue la mejor decisión: detectaron un problema a tiempo y ahora camino más cómodo que nunca.”cliente satisfecho
El pie puede avisar sin doler
Muchas patologías del pie se desarrollan de forma silenciosa. Callos, durezas, uñas encarnadas, hongos o incluso deformidades como juanetes o dedos en garra pueden comenzar sin dolor y complicarse si no se tratan a tiempo.

Por que hacer una revisión?
- Prevención de lesiones futuras
- Cuidado especializado
- Higiene y salud del pie
- ¿Cada cuánto tiempo?
El podólogo detecta alteraciones en la pisada, problemas de alineación o sobrecargas que pueden derivar en dolencias más serias si no se corrigen. Una revisión a tiempo puede evitar fascitis plantar, esguinces repetitivos o problemas de rodilla y espalda.
Los podólogos son profesionales sanitarios titulados que ofrecen un enfoque integral del cuidado del pie, con tratamientos personalizados, tecnología específica y seguimiento continuo.
El podólogo también ayuda a mantener la salud del pie con tratamientos de quiropodia (corte y fresado de uñas, eliminación de durezas, etc.), aconseja sobre el calzado más adecuado y enseña a prevenir infecciones.
Depende de la edad, la actividad física y si ya hay alguna patología previa, pero en general se recomienda al menos una revisión al año, igual que ir al dentista o al oculista.